FUTBOL vs BALONCESTO

En alguna ocasión se ha debatido sobre si el Fútbol es mejor deporte que el Baloncesto y viceversa. Por seguimiento, está claro que el deporte rey en España es el balompié y por supuesto Granada no es la excepción. Muchas veces se han querido comparar ambos deportes, tratándoles por igual y equiparándolos. Sin duda es un error y explicaré por qué. Vaya por delante que soy un amante del deporte de la canasta y que para mi no hay color, no obstante voy a intentar ser lo mas objetivo posible.

Quienes defienden al fútbol, lo tienen muy claro. Por centrarnos en nuestra querida ciudad, dirían que tanto el CB Granada como el Granada CF tienen el mismo número de socios o abonados, según el caso, y eso que el club rojiblanco está dos categorías por debajo de los gigantones baloncestistas. Evidentemente tienen toda la razón, pero es que no se debe medir por igual a ambas hinchadas como si del mismo deporte se tratara. Basta con ojear el aforo del mayor estadio de fútbol, el Nou Camp -120.000- y compararlo con los asientos del mayor coliseo dedicado a la canasta en nuestro país. Ninguno llega a los 20.000. Haciendo unas cuentas muy sencillas, no es difícil deducir que los abonados del Cebé, habría que multiplicarlos por seis para equiparar fuerzas, si es que queremos cierta justicia en la comparativa, claro está. Es difícil evaluar este tipo de datos, por que siempre son especulativos y nada científicos, pero no pretendo sentar cátedra, tan solo mostrar mi opinión sobre este tema en cuestión.

En Granada, los acérrimos al balón de cuero, exponen la historia y el amor de 77 años a unos colores y un escudo como argumento definitivo para convencer a los forofos del bote y los rebotes de que equivocaron su afición. Sin embargo, los encantos de los actuales subcampeones olímpicos y su deporte, son mucho más profundos. Sin duda, la facilidad que supone crear una portería con dos piedras o dos camisetas en el suelo, supone un atractivo que, desgraciadamente no tenemos en la práctica del baloncesto, pues para ello debemos tener, ineludiblemente, una canasta a cierta altura y eso requiere de ciertas instalaciones más complejas que pintar una portería en una pared.

Esta circunstancia, que parece banal, supone un auténtico hándicap para la proliferación de Gasoles por nuestra geografía. También está el impedimento de la altura. Mientras a fútbol, puede jugar cualquiera y llegar a figura, siempre que atesore ciertas cualidades, el deporte de la pista pequeña, necesita de gigantes e incluso los bases deben de medir, por lo general, una decena más de centímetros de la media española en estatura.

El baloncesto es un juego mucho más entretenido, más espectacular para quien no lo tenga entre sus hobbies favoritos, más emocionante, con más posibilidad de intercambios en el mando del partido, mas dinámico, en definitiva, mas atractivo para el aficionado que no tenga una predilección definida por uno u otro deporte.

Quienes hemos practicado el deporte de la canasta, sabemos que existe un mejor buen rollo, un ambiente más sano entre compañeros habituales o casuales. No hace falta decir nada más, victoria por KO para los subcampeones olímpicos, sin que esto nos quite un ápice de pasión con el fútbol, deporte por el que también perdemos los papeles en ocasiones como la conquista de la Eurocopa por nuestra Selección o con un Barça-Madrid, faltaría más. El elogio a un deporte no supone el menosprecio del otro.