El maestro de maestros, en esto del periodismo, en una ocasión comentó que el buen periodista deportivo no debe, o mejor dicho, no se le debe notar qué equipo le atrae. Fue ni más ni menos que Matías Prats “Padre”. Algo parecido dijo recientemente un joven valor del periodismo granadino, como lo es Rafa Lamelas, precisamente en una entrevista concedida por él a este portal.
En referencia a los periodistas, alguien dijo alguna vez, que muchos de los grandes triunfadores en esa profesión en nuestro país, declaraba abiertamente tener unos colores u otros y mentaba a Manolo Lama, De la Morena o Abellán, a lo que la persona con quien debatía contestó, “y quien te ha dicho a ti que esos son buenos periodistas”.
También escuché de todo un director del diario AS, ahí es nada, -Alfredo Relaño- la siguiente frase: “El fútbol es lo más grande de las cosas sin importancia”. Este comentario lo realizó en la pasada Eurocopa, en el previo del encuentro entre las selecciones de España e Italia, sabiendo la que se había montado en nuestro país y a colación de lo que es capaz de arrastrar el deporte rey en la piel de toro e incluso en todo el planeta, pero dejando bien claro que los verdaderos problemas de la sociedad son otros, aunque no tengan tanta repercusión.
Alguien dijo alguna vez, después de sobresaltarse por el griterío que salía de un bar a consecuencia de que algún equipo de fútbol, léase Barça, Madrid o la misma selección española, tanto da, había marcado un gol y los gritos asustaban a los transeúntes, “gol, si hombre gol, y el convenio sin firmar”. Realmente no se quien dijo esto, pero a mi me la enseñó mi padre.
Otra frase célebre es aquella de que “el fútbol es una enfermedad” y continúa diciendo “bendita enfermedad”. Con esta frase hay que tener cuidado. Según quien la diga o como se interprete, será positiva o negativa. Procuraré que nadie interprete que llamo enfermo a nadie, pues son ellos quienes la pronuncian, pero si quiero dejar claro que bajo mi punto de vista, bastante mermado por cierto, la vista digo, ninguna enfermedad puede ser bendita. Yo al menos no conozco ninguna. Con esto no quiero decir que yo, en mayor o en menor medida, no haya tenido fiebre futbolera en muchísimas ocasiones, pero si soy consciente de que toda enfermedad requiere curación, aunque se sepa de antemano que aún no existe el antibiótico para ella. Hay que relativizar las cosas y mantenerlas en su contexto. La pasión desmedida desemboca en excesos nada buenos y las pasiones mal entendidas en su extremo más radical, incluso en asesinatos. Es por esto por lo que se debe medir las consecuencias de algunos actos o comentarios y optar por la prudencia y el comedimiento. ¿Por qué no puedo pasear con mi camiseta del Madrid por Barcelona, sin que me insulte algún gracioso? ¡Ah claro! Es que soy un delincuente por ello y un provocador. Pá mear y no echar gota. Por cierto, no tengo ninguna camiseta del Real Madrid, he usado la primera persona del verbo, para hacer una pregunta retórica.
Alguien dijo alguna vez, en una charla con chavales muy jóvenes, que se dedicaran a los estudios y que el fútbol lo dejaran en un segundo plano, que era muy triste tratar con futbolistas con un nivel muy bajo de cultura y que lo realmente importante en esta vida era la preparación personal. En su día, este señor fue muy criticado, supongo que ahora también lo sería, aunque ¿en que se equivoca? Ya se sabe que en este país de fandango y pandereta (esta frase también la dijo alguien antes) el fútbol es algo más. Por cierto, el conferenciante en cuestión fue el por aquel entonces, recién elegido presidente del Real Madrid, Ramón Calderón. Que digo yo que con algún futbolista habrá hablado este hombre ¿no? A saber que se habrá encontrado.
Para terminar y aunque ya lo expuse en mi ultimo articulo, ¿saben quien dijo esto hace muy pocos días? “el fútbol, menos los 90 minutos, es todo mentira”. Clarificador ¿no creen? (Declaraciones de Fernando Sanz, presidente y ex-jugador del Málaga CF).
Publicado en www.tablondeportivo.com
