viernes, 22 de agosto de 2008

Especial JJOO


No me resisto a escribir algo sobre los Juegos Olímpicos que se están celebrando en Pekín. Voy a empezar por las enormes decepciones que han supuesto los inesperados descalabros del marchador “Paquillo Fernández” y el palista “Juanito”. Bueno, en realidad lo del veterano jugador de ping-pong tampoco ha supuesto un revés demasiado grande, pues muy pocos pensábamos que podría optar a medalla, pero de ahí a caer a las primeras de cambio... Si tuviera que hacer la crónica del encuentro, ya que lo pude presenciar en directo por televisión, diría que “la veteranía no pudo con la agilidad”. Empezó perdiendo el palista español el primer punto para reaccionar en los dos siguientes, dando muy buenas sensaciones. Sin embargo, en ese momento, pareció desaparecer la consistencia de nuestro jugador. La juventud y mayores reflejos del contrincante coreano, con un juego ultra defensivo pero muy eficaz, se impusieron a la buena voluntad del veterano He Zhi Wen. El partido terminó con 4-2 en contra de “Juanito” y acabó también con las esperanzas de los granadinos de seguir disfrutando unas jornadas más de uno de nuestros representantes más peculiares.

Mención aparte se merece el bravo marchador accitano. No tuvo su día y tampoco hay que desesperar, pero lo cierto es que tras su mejor marca mundial del año, pocos días antes de marchar hacia Pekín, todos contábamos como poco con un podio asegurado y no ha sido así. El deporte es de esta manera y no hay que darle mas vueltas, aunque la decepción ya no hay quien nos la quite.

No han sido estas las únicas decepciones del deporte español, aunque sí las más destacadas para los granadinos. Hemos tenido a otros deportistas como los triatletas Noya y Raña, de los que se esperaba mucho y que tampoco han cumplido las expectativas. Todo esto no hace mas que demostrar que el deporte es precisamente eso, un juego en el que influyen muchas circunstancias y muchos pequeños detalles que te hacen estar un día en lo más alto y al día siguiente sin pasar ni la primera ronda. Lógicamente, quien mejores cualidades tenga y esté mejor preparado, tendrá más posibilidades de éxito, pero en estos niveles son los pequeños detalles los que te hacen pasar de un escalón a otro sin tiempo para pestañear.

Decepción en judo, aunque con muy mala suerte para los nuestros por lesiones y demás circunstancias. Y también ha sido decepcionante la participación española en atletismo en general, desastrosa diría yo. ¡Ay señor Odriozola! Como adivino no tiene usted precio. El waterpolo tampoco ha conseguido el objetivo previsto.

A parte de los resultados deportivos de nuestros paisanos, tanto granadinos como españoles, hay una circunstancia que me está pareciendo lamentable en estos JJOO y no es otra que las retrasmisiones televisivas. Ignoro quienes son los encargados en la realización de las retrasmisiones, pero en lo que concierne a los partidos de las distintas selecciones españolas, es lamentable. Supongo que será un mal común. No te dan una repetición en condiciones de una jugada dudosa ni equivocándose. Un auténtico desastre, a mi modo de ver.

SEGUNDA PARTE
LOS OTROS ESPAÑOLES
Supongo que será una circunstancia extendida en casi todos los países, pero para mí, en los JJOO que todavía se celebran en Pekín, existe un hecho que me sorprende poderosamente y en cierto modo, casi me desagrada. Se trata de la gran cantidad de nacionalizados existentes en la delegación olímpica española. No se me interprete mal, no estoy en contra de que se produzcan este tipo de acciones, pero como todo en la vida, hay matices. Desde siempre ha habido nacionalizados, recuerdo los casos, entre otros muchos, como son los casos de los baloncestistas Juan Domingo De La Cruz y “Chicho” Sibilio, medallistas de plata en la ahora recordada final de los JJOO disputados en el año 1984 en Los Ángeles. Pero lo que se puede considerar un hecho minoritario, está pasando a ser actualmente una costumbre y como digo, hay casos y casos. Es como el reciente traslado de plaza del Ciudad de Murcia a Granada. Está bien, pero no acaba uno de sentirse totalmente identificado.

Hay casos auténticamente curiosos en que los supuestos atletas españoles no saben apenas hacerse entender en nuestro idioma. Son los que yo llamo “deportistas de talonario”. Son estos casos los que me producen un mayor rechazo. ¿No seria más fácil invertir en el deporte de base? Parece ser que no.

En estos Juegos Olímpicos, España ha quintuplicado su presencia en tenis de mesa, ya que han conseguido su pase en la categoría individual masculina Alfredo Carneros y He Zi Wen, y en la femenina las dos chinas con nacionalidad española, Zhu Fang y Shen Yanfei. Además, las dos jugadoras han conseguido también clasificarse para la competición por equipos e irán acompañadas por la joven tenista de Ucrania nacionalizada en España, Galia Dvorack. El caso de “Juanito” se puede entender, pues son ya 19 años los que lleva afincado en Granada. He puesto el ejemplo del Tenis de Mesa, por ser el más llamativo, pero en casi todas las disciplinas nos hemos encontrado con casos de nacionalizados. En honor a la verdad, habría que reseñar que en este deporte, no solo España es un país de asimilados, más del 20% de los palistas presentes en los JJOO son de origen chino.

En estos juegos, la delegación de atletismo española cuenta con seis atletas nacionalizados (un 11,7 %), la mitad de ellos antiguos cubanos: Yesenia Centeno (maratón), Luis Felipe Meliz (longitud) y Frank Casañas (disco). También, de origen marroquí (Ayad Lamdassen, 10.000 metros), ecuatoriano (Jackson Quiñónez, 110 mv) y nigeriano (Josephine Onyia, 100 mv).

Señores mandatarios del deporte español, inviertan más en nuestra cantera de futuras promesas, a la larga les saldrá más barato y nosotros nos sentiremos más orgullosos si cabe. Nunca sabrá lo mismo una medalla lograda por un García, Fernández… que por un Ayad Lamdassen, (10.000 metros) o Matejkova (disco en Atenas), por ejemplo.

En los tiempos que corren y por la innumerable llegada de ciudadanos de otros lugares, estamos avocados a acostumbrarnos a estos otros apellidos, pero que sean los que sean, lo consigan siendo españoles desde chiquititos y no a golpe de talonario, así no me gusta nada.


TERCERA PARTE
ALEGRIAS
Con una tremenda alegría concluyó la delegación española su participación en los JJOO de Pekín 08. Esta no es otra que la plata conseguida por los hombres de Aíto, en una final que como dice el tópico, ganamos moralmente. Esta vez es más cierto que nunca pues estoy convencido de que cualquier español al que le guste este divino deporte de la canasta, está mucho más orgulloso de los nuestros que cualquier devoto de la mejor liga del mundo, la NBA. Los americanos ganaron el partido y el oro olímpico, pero tuvieron que sacar lo mejor de ellos mismos por que si no, ni los árbitros hubieran evitado la humillación. Los EEUU son justos vencedores del encuentro, su potencial físico doblaba al español, pero en cuanto a baloncesto, los barrimos de la pista. No quiero ni tan siquiera cabrearme por la actuación arbitral, sobre todo en la continuada costumbre de pasar por alto los pasos de salida que realizaban los norteamericanos, pues es una acción de la que no sacaban ningún provecho, mas allá de la de saltarse el reglamento, pero tampoco se puede decir que ganaran por ello. Sin embargo, si que se les ha medido con distinto rasero a la hora de defender y lo que era personal bajo la zona española, era permitido en la estadounidense. De todas maneras, pudimos ver una España brillante, como se cabía esperar de unos jugadores que en muchos casos son, han sido o serán jugadores NBA. En dos palabras, A- LUCINANTE, como diría el otro. Yo personalmente, hubiera cambiado todas las medallas obtenidas por nuestros paisanos en esta edición de los Juegos, por darle en los morros a los todopoderosos y prepotentes, aunque auténticos portentos físicos, norteamericanos. Se que no es justo ni razonable, pero es que, una victoria en esta final, hubiera significado un hito histórico para todos los que amamos, por encima de cualquier otro deporte, el baloncesto.

No lo puedo evitar, crecí con el baloncesto en las venas, aquellos años de la añorada plata olímpica, coincidiendo en el tiempo con la aparición del Oximesa de Granada en la División de Honor española, actualmente ACB. Que se vayan poniendo las pilas los yanquis en las próximas competiciones por que están apareciendo por el horizonte las orejas del lobo y más pronto que tarde, acabaran mordiendo el polvo. No quiero dejar el tema del baloncesto sin mencionar la otra gran hazaña de la canasta en nuestro país. La final de Los Ángeles 84, reeditada este año. No es más que para constatar la evolución de nuestro baloncesto en estos 24 años transcurridos. Aquella final se perdió contra un gran equipo americano, pero no hay que olvidar que en aquel momento, los Jordan, Ewing, Mullin, Perkins y compañía, eran universitarios, algunos con cara de críos aún, y que posteriormente se convirtieron en unos monstruos de la NBA. Sin embargo, en la final de estos JJOO, se han presentado unas autenticas estrellas consagradas, lo mejor de lo mejor en la liga americana y han estado a un paso de doblar la rodilla ante los españoles.

Sobre todo lo demás, creo sinceramente, que se ha cumplido con creces, a pesar de algunas decepciones. Se han obtenido 18 metales, uno menos que en Atenas 2004, pero se compensa al conseguir dos oros más que en los Juegos griegos. Claro, que todo es según se mire. Ha habido en Pekín un solo hombre que casi dobla, él solo, las medallas doradas de los españoles. Si Phelps perteneciera a un solo país, él solito, estaría en el medallero por encima de nuestro país, concretamente en el lugar numero 5 de la clasificación final. Da que pensar, ¿verdad? La realidad de nuestro deporte es la que es y no se le pueden pedir peras al olmo, pero como siempre digo, lo importante, indistintamente de lo que hagan los demás, es ir avanzando y como digo, creo que en estos JJOO se ha conseguido.

Alegría nos llevamos sobre todo en los deportes por equipos, curiosamente donde parecía hace unos años que nunca triunfaríamos. Bronce en balonmano, plata en hockey hierba y baloncesto. Reseñar las alegrías de los oros de ciclismo, tanto en ruta como en pista, el doblete del abanderado español, David Cal que lo convierten en uno de los grandes del deporte nacional y sobre todo uno de los oros más disfrutados de nuestra historia, el de Rafa Nadal.

Aunque para alegría, la que me llevé yo volviendo a disfrutar de la finalísima de baloncesto del año 1984. ¡Que gozada! Volver a ver una pista de basket sin la línea de tres puntos. Recordar los tiros libres donde se podía repetir lanzamiento si fallabas uno de ellos, posesiones de 30 segundos y el partido a dos mitades de 20 minutos. Cualquier tiempo pasado… fue mejor. Mayor que se hace uno.

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